Mientras el prestigioso hospital pediátrico se hunde en la crisis salarial y denuncia la “violencia” de Nación, el gobierno porteño, socio minoritario en la financiación del Garrahan, mira para otro lado. ¿Hasta cuándo la inacción cómplice?
El Hospital Garrahan, emblema de la salud infantil en Argentina y la región, se encuentra al borde del abismo. Sus profesionales, hartos de los salarios de miseria, las faltas de insumos, los recortes presupuestarios y la ignorancia de las autoridades, anuncian posibles medidas de fuerza mientras desde el Gobierno nacional tratan de calmar las aguas con anuncios y medidas de maquillaje. Pero la bronca no apunta solo a la Nación, que lanzó un “aumento fantasma” para residentes, sino también al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cuya gestión, a pesar de aportar el 20% del presupuesto del hospital que se encuentra en su territorio, históricamente ha ajustado los fondos destinados a la salud pública en general. ¿Dónde está Macri mientras el Garrahan agoniza? ¡En silencio!
La Asociación de Profesionales y Técnicos del Garrahan (APyT) estalló contra el Gobierno Nacional por un anuncio de aumento salarial que consideran una burla, ya que solo alcanzaría a un pequeño porcentaje del personal. Pero la lupa también se posa sobre la administración de Jorge Macri. Es vox populi que, durante años, tanto él como sus antecesores en el Gobierno porteño han aplicado la tijera al presupuesto de salud, debilitando progresivamente hospitales como el Garrahan, donde la Ciudad tiene una responsabilidad financiera directa.
“¡Nos están asfixiando!”, claman los trabajadores, quienes denuncian que la falta de salarios dignos ya provocó la fuga de 200 profesionales, poniendo en jaque la atención de los pacientes más vulnerables. Mientras el gobierno nacional responde con comunicados “violentos y persecutorios”, según la APyT, el silencio desde la Jefatura de Gobierno porteña es ensordecedor. ¿Acaso a Jorge Macri no le importa el destino del hospital que atiende a tantos niños de su propia ciudad?
La APyT no se anda con rodeos: si el martes no hay una convocatoria seria a la conciliación obligatoria, la asamblea hospitalaria votará nuevas medidas de fuerza. ¡Podría haber paro total! Y en medio de esta bomba de tiempo, ¿qué hace el gobierno de la Ciudad? Nada. Absolutamente nada. Pareciera que el 20% del presupuesto es solo una excusa para desentenderse de la crisis que carcome al Garrahan.
La pregunta resuena en los pasillos del hospital y en la comunidad: ¿hasta cuándo Jorge Macri y su gobierno seguirán mirando hacia otro lado mientras el Garrahan se desangra por la desidia y los recortes? La inacción tiene nombre y apellido, y los profesionales de la salud, junto a las familias de los pacientes, no están dispuestos a callar.
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